jueves, 14 de agosto de 2008

Indignación

Cada 3 o 4 días muere una mujer en manos de su pareja o expareja. 47 van este año, 47 vidas llenas de humillaciones y tortura, de amenazas y pánico constante, vidas que acaban con la peor de las violencias.

Cuando leo la noticia de una de estas muertes siempre me hago las mismas preguntas:

La primera que me viene a la cabeza es dónde estaba la familia de esa mujer mientras ella sufría, porque algunas eran inmigrantes solas en España que no tenían a nadie a quien acudir, pero muchas otras no, muchas otras eran españolas y tendrían una madre, un padre, hermanos…

Pienso que los miembros de esa familia o están ciegos, o son unos cobardes. Si a algún hombre se le ocurriera ponerme la mano encima yo no lo permitiría, de eso no hay duda, pero si no fuera así, mi padre y mi hermano irían a por él, y más le valiera esconderse en un agujero bien profundo… Y desde luego no veo a mi madre no dándose cuenta de que vivo continuamente amenazada de muerte, estoy segurísima de que al primer bofetón notaría que algo no iba bien. No sé, supongo que estas cosas no pasan en familias bien estructuradas, o a lo mejor sí, lo cual da bastante miedo la verdad.

Otra pregunta que me hago siempre es por qué. Yo puedo llegar a comprender que perdones un empujón, UNO, un apretón fuerte en el brazo, UNO, pero al segundo tienes que darte cuenta de que esa persona no está bien, tiene un comportamiento excesivamente violento. Tienes que notarlo porque conoces más gente y sabes como se comporta, porque tuviste un padre que nunca le hizo eso a tu madre… ¿o sí? Muchas mujeres maltratadas eran hijas de mujeres maltratadas, tal vez eso les haga encontrar esas situaciones violentas más o menos “normales”...

No puede ser que en pleno siglo XXI tenga que ver como morimos como moscas a manos de seres inseguros, cobardes y violentos que no se ven capaces de mantener a nadie a su lado si no es mediante el miedo. No puede ser que en el “primer mundo” mueran personas simplemente por ser mujeres y querer ser libres. No puedo admitirlo, me indigna, me da rabia, me cabrea.

Y en medio de todo esto, tengo que leer como un hombre está en coma por defender a una mujer de su pareja, y cómo esta mujer dice que no se siente maltratada y que lo que le pasa a su marido o novio es que está en tratamiento psiquiátrico, que aquel día no se había tomado la medicación y que es una “bellísima persona”. Dice que si el hombre no hubiera intervenido no hubiera pasado nada… En fin, lo que siento es que no estéis TÚ y la gran persona que es tu pareja en coma, que no sean vuestras familias las que estén destrozadas. Pero la vida no es justa, y un profesor de universidad íntegro y valiente y su familia son los que sufren, y no hay nada que podamos hacer. Menuda mierda…

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