lunes, 23 de marzo de 2009

La gran medida anti-crisis

Ayer por la mañana estaba en mi casa tranquila, escuchando la radio y cosiendo los bajos de un pantalón (menuda imagen, ¿eh?), cuando de repente escuché la mejor de todas las medidas anti-crisis que he escuchado desde que la sufrimos (la crisis, digo). Ésta fue enunciada por el señor Fernando Sánchez-Dragó, y fue escucharle e iluminarme, porque suscribía todas y cada una de las argumentaciones que ofreció.
La idea es simple pero, a mi juicio, bastante eficaz: legalizar las drogas.
Ya sé que muchos estáis pensando, ¿qué tendrán que ver las drogas y su legalización con la crisis económica? No os preocupéis, que ahora mismo os disipo todas o casi todas vuestras dudas.
El narcotráfico es una de las grandes economías del mundo, me atrevería a decir que si hubiera una forma de cuantificar el dinero que mueve de la misma manera que se cuantifican el resto de economías legales, entraría sin ningún esfuerzo en el top 10. Si se legalizaran las drogas, de todo este inmenso capital nos llevaríamos un pellizquito en forma de impuestos. Se ahorraría dinero en medios policiales para acabar con el narcotráfico, que desaparecería casi por completo con gran número de los delitos derivados del mismo. También se ahorraría dinero en sanidad, porque disminuiría el número de casos de sida. Esto es obvio, si se comercializa heroína bajo prescripción médica, se garantiza la higiene y se evitan los contagios por el uso compartido de jeringuillas.
Y todo esto desde un punto de vista meramente económico que, en mi opinión, es sólo una pequeña parte del beneficio global que se obtendría.
En Suiza comenzaron un experimento consistente en suministrar heroína de forma controlada en 1994 y los resultados son bastante positivos, de hecho hace poco hubo un referéndum sobre si se debería de legalizar dicha droga o no y ganó el sí con un 68% de los votos.
En Holanda hace 30 años que se despenalizó el consumo de drogas y ha descendido el consumo…
En fin, voy a bajarme de mi nube, porque es tan utopía la legalización de las drogas como la de la prostitución, demasiada gente demasiado poderosa se beneficia de estas “actividades” como para permitir que se regulen y se les acabe el chollo. Pero bueno, desde aquí me conformo con que me leáis vosotros, gente de a pie, y os consiga hacer pensar en esto un poquitín en serio. De hecho, como podéis ver en la parte derecha de mi blog, he publicado una encuesta sobre este tema, animaros y participad, es gratis, sólo cuesta un click.

martes, 10 de marzo de 2009

Carta al Papa

Querido Benedicto:

Me dirijo a usted para darle algunos consejos desde mi humilde posición.

El camino por el que está guiando a la Iglesia católica no lleva a ningún lado… se lo digo sinceramente. Es que parece que ustedes van por libre, cierran los ojos a la realidad social del mundo de una manera bastante preocupante. ¿Tiene tele en el vaticano?, ¿leen el periódico? Qué digo el periódico, ¿leen libros? La Biblia no me vale…

Me siento obligada a comentarle cierto aspecto de la sociedad actual que sospecho no conoce. Mire, los jóvenes tienen sexo, y siento decirle que lo tienen sólo por diversión, sin ninguna intención de procrear y sin estar casados. Esto es así, y no tiene nada de malo. Vamos que no me imagino a Dios preocupado por eso, la verdad, no creo que divertirse (responsablemente) sea pecado… no me suena que estuviera escrito eso en las tablas de Moisés. Así que en pleno siglo XXI ustedes sigan proclamando que no se utilicen anticonceptivos y que se llegue virgen al matrimonio… no tiene ningún sentido, ¿no lo ve? Ha llegado a ser papa, luego doy por hecho que usted es una persona inteligente, así que lo tiene que ver, hombre. Y también tiene que darse cuenta de que su posición no ayuda nada más que a que se expanda el VIH y haya un montón de adolescentes con hijos por ahí… y eso es malo. Hay millones de católicos que siguen lo que ustedes predican a pies juntillas, lo cual les carga de una responsabilidad enorme, reflexione sobre ello, evolucione un poco.

Otro tema en el que me gustaría que se parara a reflexionar es en el de la investigación con células madre. Podrían volverse un pelín más flexibles a este respecto, ¿no? Que esas investigaciones pueden salvar muchas vidas y mejorar muchas otras… si tuviera un hijo con diabetes, ¿no le gustaría que pudiera llevar una vida normal sin tener que pincharse 3 veces al día? Ah, perdón, que ustedes no pueden tener hijos… ni sexo… Mmmmmmm, vaya, lo mismo he dado con la clave de su intransigencia sin querer, tal vez si no existiera el voto de castidad y pudieran casarse y ser padres, entonces se volverían más humanos y podrían comprender más fácilmente los puntos de vista de la gente “normal”.

Como sé que es usted un hombre ocupado, voy a dejar para otra ocasión el tema de la eutanasia y el aborto, que además es una posición (la suya) que respeto, lo cual no quiere decir que la posición que toma en los dos temas anteriores no tenga mi respeto… bueno, en realidad no lo tiene, discúlpeme por el atrevimiento, pero es que en las tablas de Moisés si que ponía “no mentirás”, así que no puedo mentirle.

En resumen, si el calendario (calendario cristiano, por cierto) dice que estamos en el siglo XXI, ¿por qué se empeña en estancarse en la edad media? Hay que adaptarse a la realidad del mundo que se extiende más allá del vaticano… háganselo mirar…

Un humilde y agnóstico saludo.
Ruth.