lunes, 25 de mayo de 2009

Estoy harta

Estoy harta de ver a ETA en los periódicos.
Estoy harta de que mueran mujeres a manos de sus parejas.
Estoy harta de la crisis.
Estoy harta de la liga de fútbol (que acabe ya...).
Estoy harta de Zapatero.
Estoy harta de Rajoy.
Estoy harta de que los la SGAE me multen por un delito que no he cometido.
Estoy harta de la gente que se queja sin razón.
Estoy harta de la demagogia barata.
Estoy harta del sentimiento de inferioridad que tenemos todos los españoles.
Estoy harta de los "neocons".
Estoy harta de los "progres".
Estoy harta de que nunca haya nada interesante en la televisión.
Estoy harta de que la gente no deje de buscar excusas para no cuidar el medio ambiente.
Estoy harta de los estereotipos.
Estoy harta del morbo gratuíto en los medios de comunicación.
Estoy harta de que solo veamos la paja en el ojo ajeno.
Estoy harta de lo políticamente correcto.
Estoy harta de las dos Españas.
Estoy harta de los prejuicios.
Estoy harta de la mala calidad del cine español.
Estoy harta de que siga muriendo de hambre tanta gente.
Estoy harta del desigual reparto de la riqueza.
Estoy harta de las fluctuaciones del precio de la gasolina.
Estoy harta de no avanzar.
Estoy harta de que no se respete las opiniones de los demás.
Estoy harta de estar harta de tantas cosas.

lunes, 18 de mayo de 2009

Adios, Benedetti

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Mario Benedetti.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Mi felpudo

Ayer me compré un felpudo. El felpudo de mi casa, de nuestra casa, nuestro piso, nuestro futuro hogar. Es sencillo, nada llamativo, ni grande ni pequeño. Ahora, cada vez que vaya allí, me limpiaré los zapatos en él y podré entrar sin preocuparme por manchar el suelo.

Cuando me mude, cada día cuando regrese a casa después de trabajar, dejaré en el felpudo la suciedad de fuera y podré mantener limpio el interior más fácilmente. Será la primera cosa del exterior que pise cuando salga, y la última cuando entre. Cada persona que me visite limpiará sus zapatos en él antes de que le de la bienvenida y la invite a pasar, y será el primer objeto de casa que mis invitados verán y usarán.

Lo he colocado concienzudamente, exactamente en el centro de la puerta, ni muy alejado ni muy pegado, en el sitio justo. Justo después de colocarlo me puse sobre él, me limpié los zapatos, saqué las llaves, abrí la puerta y entré.

Hasta hoy he llamado a mi piso siempre así, “mi piso”, “nuestro piso”, pero creo que voy a empezar a llamarlo “mi casa”, “nuestra casa”, porque es así como la siento, como un lugar para vivir, no como un objeto más que he comprado.

Un felpudo del leroy merlin: 8 €.
La sensación de que estamos construyendo un hogar: No tiene precio.

lunes, 4 de mayo de 2009

Cualquier tiempo pasado NO fue mejor

Ayer vi el segundo capítulo de “La chica de ayer”, que para quien no lo sepa, es la nueva serie de la noche de los domingos en antena 3. La serie, para ser española, no está mal. Y sí, digo “para ser española”, porque la mejor de las series de este país no le llega a la suela de los zapatos a la peor serie estadounidense, y esto es así, le duela a quien le duela. Lo que más interesante me resulta de “La chica de ayer” es ver como era España en los años 70, sobre todo la es´tetica y la moral. Supongo que esto a los cuéntame-adictos no les llamará la atención, pero para servidora, que no ha visto esa serie en su vida, pues es una novedad.

De todas formas, si os interesan las series ambientadas en otras épocas, yo os recomiendo encarecidamente “Mad Men”. Es una serie que te muestra sin complejos cómo era la sociedad americana en los años 60, y lo hace bien, pero que muy bien.
La serie gira en torno a la vida de Don Draper, un alto ejecutivo que se dedica a la publicidad y cuya vida familiar parece rozar la perfección. La mayor parte de la acción transcurre en la oficina donde trabaja Don, una oficina donde los hombres hacen el trabajo importante y las mujeres son poco más que floreros, donde todos fuman y beben durante la mayor parte del día, y donde el acoso sexual es el pan nuestro de cada día, sin que a nadie le extrañe en absoluto. La estética es maravillosa, es como viajar en el tiempo, y los personajes son fascinantes, todos interesantes y mucho más complejos de lo que puede parecer en un principio.

Así que ahí queda mi recomendación. Eso sí, chicas, se te ponen los pelos de punta viendo la carga machista de algunas escenas, son realmente indignantes, os aviso, pero te hace darte cuenta de que, aunque aún nos quede mucho para alcanzar la plena igualdad, parece que más de la mitad del camino está avanzado, porque no veáis lo que han cambiado las cosas…