miércoles, 26 de noviembre de 2008

Navidad, Navidad, "dulce" Navidad...

Se acerca el mes de Diciembre, un escalofrío recorre mi espalda y se extiende por todo mi cuerpo, ¿por qué será? ¡¡ya lo sé!! ¡¡es la Navidad!! Ya la tenemos a la vuelta de la esquina... qué asco...

Porque sí, por si no lo sabéis o no lo habéis deducido de mi frase anterior, os informo de que odio la Navidad con todas mis fuerzas, la eliminaría del calendario sin pensármelo ni un minuto, aunque eso significara quedarme sin días de fiesta, me da igual. Las vacaciones me las pediría en otro momento, o en el mismo, pero sin navidad. Eso sí, no creáis que un odio irracional, para nada, es un odio basado en aspectos concretos de esta época que no puedo soportar, a saber:

  • Las compras compulsivas: De regalos y comida… y cuando termina ¡¡¡vienen las rebajas!!! ¿estamos todos locos o qué?
  • La familia: Yo es que a la mía la prefiero en pequeñas dosis bien separaditas las unas de las otras, pero en nochebuena y nochevieja tendemos a aglomerarnos… y no va bien, no va bien…
  • La tele: no hay quien la vea casi durante todo el año, pero lo de la Navidad es exasperante... ¿cuántas galas benéficas podrán retransmitir?
  • El “espíritu navideño”: Es la época de la felicidad y la solidaridad, y todos tenemos que ser buenos… ¡me niego! Como odio estas fechas voy a ser peor que el resto del año, si cabe.
  • Las cenas: Cebarse así sin sentido, tantos días seguidos…
  • Los recuerdos: Cuando has perdido a alguien, estas fechas son lo más lúgubre que hay… con eso de que hay que estar felices y en familia…
  • Los papás noeles: Esos que cuelgan de ventanas y terrazas… los quemaba todos, en serio, no dejaba ni uno.

Y esas son las razones por las que aborrezco la Navidad, o por lo menos las razones principales, que seguro que alguna se me olvida.

Algún día cuando tenga pasta, me encantaría irme a un país remoto, el que sea, pero donde todo el mundo sea musulmán, budista, sintoísta o hindú, me da lo mismo, cualquier religión me sirve excepto la cristiana. Y donde no haya luces, ni villancicos, ni campanadas, ni uvas, ni turrón, ni mazapán… ¡¡Aaaaaayyyyyyyssssss!! Sería increíble…

jueves, 20 de noviembre de 2008

martes, 18 de noviembre de 2008

La loca de los patines

Cada mañana va andando hasta la parada de Metro, son 10 minutos desde su casa, la mayoría cuesta abajo. Cada tarde vuelve desde la parada de metro a su casa, algo más de 10 minutos, esta vez cuesta arriba… Le da una pereza enorme hacer esos trayectos, sobre todo el de vuelta, porque además de ser cuesta arriba, está cansada después de un día entero de trabajo, y hace frío, y tiene unas ganas increíbles de llegar a casa.

Muchas tardes por el camino solía cruzarse con una niña rubia con el pelo largo y liso que iba en patines. Recorría la calle a toda velocidad, a veces por la acera, otras veces por la calzada, y no tenía ningún cuidado ni con los peatones ni con los coches. La llamaba “la loca de los patines”. Un par de veces estuvo a punto de llevarla por delante.

A menudo la veía también por la mañana, esperando a que abrieran la puerta del colegio. Iba de uniforme, jersey granate y pantalones grises, y obviamente sin patines. Entonces pensaba “mírala ahora, que buena e inofensiva parece”.

Una mañana que pasaba como cada día por delante del colegio, observó que había un grupo de niños y niñas agolpados alrededor de algo, o más bien de alguien. Entre el tumulto le pareció ver a “la loca de los patines”. Estaba en el centro, su cabeza se dejaba entrever por debajo de las de los demás, parecía que estaba sentada. Se acercó por curiosidad y se dio cuenta de que era ella la persona alrededor de la cual se agrupaban los niños. No podía creerlo, allí estaba, sobre ruedas como casi siempre, sólo que esta vez no eran las de sus patines sino las de una silla… Así sí que parecía inofensiva.

Se le formó un nudo en el estómago y le entraron unas ganas terribles de llorar. Una niña tan pequeña, sin poder volver a andar… Quiso pensar que a lo mejor era temporal, y que en unas semanas o unos meses la volvería a ver rodando como loca atropellando a diestro y siniestro por la calle. Pero el tiempo pasó y desde aquel día cada vez que la ve está sentada en su silla de ruedas.

Ya no le da pereza andar los 10 minutos que separan su casa del metro, ni por la mañana ni por la tarde, y de vez en cuando echa de menos que esté a punto de llevarla por delante “la loca de los patines”.

jueves, 13 de noviembre de 2008

La República Democrática del Congo

La república democrática del Congo es un país centroafricano cuya superficie es algo más de cuatro veces España y tiene unos 60 millones de habitantes.

El Congo sufrió entre 1996 y 1997 la primera guerra del Congo, y entre 1998 y 2003 la segunda guerra del Congo. En estas guerras intervinieron numerosos países centroafricanos, lo cual hizo que a la segunda guerra del Congo se la conozca también como Guerra Mundial Africana. Murieron unos 4 millones de personas. Ahora mismo hay un conflicto entre el gobierno y el líder rebelde Laurent Nkunda, y tanto el ejército como la guerrilla se dedican a hacer pillaje, violar mujeres (con la consecuencia de que el virus VIH se expande como la pólvora) y asesinar a su antojo, a gente inocente. Y todo tiene la pinta de ir a peor, porque los países vecinos van a involucrarse para ayudar a un bando y a otro como ya hicieron en su momento, y probablemente nos encontraremos con otra guerra de grandes dimensiones y con más cientos de miles de muertos…

Y aquí nos preocupamos de la crisis económica y adoramos a Barak Obama como si fuera el salvador de la humanidad. Me pregunto que hará Obama con África, me pregunto si se dignará a coger un mapa, desplegarlo sobre su mesa y analizar la cantidad de conflictos que existen en ese continente, el continente olvidado. Porque en mi modesta opinión, ¿algo se podrá hacer, no? Durante siglos en el “primer mundo” nos hemos dedicado a poner a África patas arriba, y ahora miramos para otro lado… Se intervino en Afganistán para derrocar al gobierno Talibán, se intervino en Iraq para derrocar a Sadam Hussein…

La esperanza de vida en el Congo es de 53 años, en España de 80.

La esperanza de vida en África es de 49 años, en Europa de 74, en Estados unidos de 78.

Porque no nos podemos olvidar del hambre, el mayor asesino de todos. Ninguno nos podemos hacer una idea de la cantidad de dinero aportado por personas de buena voluntad que quieren ayudar que jamás llega a ayudar a nadie, porque se hunde en el mar de corrupción que baña África…

Si me pongo a reflexionar me remuerde la conciencia vivir como vivo, preocuparme de las cosas que me preocupo. Pero no hago nada, no cambio nada… Así que aquí tenéis, en mí, una pequeña representación de la indiferencia de Europa y del resto del Mundo.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Yes, we can

"For when we have faced down impossible odds, when we've been told we're not ready or that we shouldn't try or that we can't, generations of Americans have responded with a simple creed that sums up the spirit of a people: Yes, we can. Yes, we can. Yes, we can.

It was a creed written into the founding documents that declared the destiny of a nation: Yes, we can.

It was whispered by slaves and abolitionists as they blazed a trail towards freedom through the darkest of nights: Yes, we can.

It was sung by immigrants as they struck out from distant shores and pioneers who pushed westward against an unforgiving wilderness: Yes, we can.

It was the call of workers who organized, women who reached for the ballot, a president who chose the moon as our new frontier, and a king who took us to the mountaintop and pointed the way to the promised land: Yes, we can, to justice and equality.

Yes, we can, to opportunity and prosperity. Yes, we can heal this nation. Yes, we can repair this world. Yes, we can.

And so, tomorrow, as we take the campaign south and west, as we learn that the struggles of the textile workers in Spartanburg are not so different than the plight of the dishwasher in Las Vegas, that the hopes of the little girl who goes to the crumbling school in Dillon are the same as the dreams of the boy who learns on the streets of L.A., we will remember that there is something happening in America, that we are not as divided as our politics suggest, that we are one people, we are one nation.

And, together, we will begin the next great chapter in the American story, with three words that will ring from coast to coast, from sea to shining sea: Yes, we can."

Barak Obama (8 de enero de 2008, New Hampshire)

martes, 4 de noviembre de 2008

Obama


Hoy por fin son las elecciones de Estados Unidos. Después de primarias, secundarias, campañas interminables, primero para liderar su partido y después para liderar el país (buff, me agoto de sólo de escribirlo), por fin Barak Obama va a convertirse en el 44º inquilino de la casa blanca. Porque yo a estas horas no sé quien ha ganado, pero vamos, que va a ser él, y si no os prometo la entrada más deprimente y pesimita de la historia de las entradas de blog... porque no puedo imaginar que será de nosotros si vuelven a ganar los republicanos, ¿os imagináis a la retrógrada y fanática de la Pallin esa como vicepresidenta de USA? Se me ponen los pelos como escarpias de sólo pensarlo.

Pero bueno hablemos de Obama. Este tío tiene algo que particularmentre a mi me tiene entregada... No sé si es carisma o es que es negro, no lo tengo muy claro, pero cuando le veo en la televisión o le oigo dar alguno de sus discursos a mí me cautiva (y eso que no le entiendo mucho de lo que dice...). De hecho últimamente hasta le encuentro atractivo... ¿será la erótica del poder?

Eso sí, tengo bastante claro que me va a decepcionar como "líder del mundo libre", a mi y a casi todo el mundo, porque es imposible que cumpla con las espectativas que se tienen puestas en él, no existe ser humano que las cumpla.

Nos conformaremos con que suponga un cambio de directiva en la política exterior de los Estados Unidos, que es lo que a nosotros nos interesa. Que dejen de bombardear a diestro y siniestro, que cierren Guantánamo... bueno, y que a nuestro ZP le haga unos mimitos, que le tienen abandonado.

El tiempo lo dirá.