viernes, 5 de febrero de 2010

Mi nueva vida

Echo de menos a mi mamá, ya está, ya lo he dicho. La echo de menos, ¡y no me avergüenzo de ello! También echo de menos a mi padre, a mi hermano y a mi gato, pero no es lo mismo, porque les veía menos, digamos que formaban menos parte de mi rutina diaria (no es el caso de mi gato, pero no es cuestión de comparar...). Cada día, cuando llegaba a casa después del trabajo, la que estaba en casa era mi madre. Era a ella a la que le contaba mis penas o alegrías laborales, con ella salía muchos jueves a dar una vuelta y tomar algo... Y ya no lo hago, y lo echo en falta.

No quiero mentiros, también echo de menos la comida, tener la ropa limpia y planchada y no tener que ponerme a hacer cosas en cuanto llego a casa porque todo está hecho ya, pero no es de lo que más me acuerdo, y en esto os prometo que soy absolutamente sincera.

Es curioso este momento de la vida. Es un cambio radical. Un día estás en tu casa, en tu habitación, con el resto de cuartos ocupados por todos los miembros de tu familia, y al día siguiente estás en tu nueva casa, en tu nueva habitación, y sólo sois dos, y el resto de los cuartos están vacíos. Me gusta más la casa llena de gente, pero no cambio por nada esta sensación de madurez e independencia. Además aprendo cosas todos los días, me siento útil y realizada, y estoy todo el día con la persona a la que quiero, que es de lo que se trata, ¿no? Además a mi familia la veo todas las semanas, si puedo más de un día, y suplo las conversaciones con mi madre en persona con conversaciones telefónicas.

Estoy deseando tener un salón que sconsista en algo más que una mesa lack del ikea y 4 sillas de terraza, así podré invitar a mi familia y sentir que es mi propia casa la que está llena de gente, y además la misma gente que me ha acompañado en mis previos 28 años de vida. Quiero un hogar familiar. Al principio la familia tendrá que ser importada, pero más adelante la fomaremos nosotros, y ahí si que mi casa estará llena de gente.

2 comentarios:

Elena dijo...

No es por ser pesimista, pero esa sensación y ese "echar de menos" a tus padres y hermanos creo que no pasará nunca... yo ya llevo año y medio emancipada, un año viviendo con Edu... y estoy bien, no lo cambio, y soy muy feliz... pero si pudiera ver a mis padres y hermano todos los días lo sería más... Fíjate, incluso cuando hablo con ellos y me cuentan anécdotas que pasan en mi casa y que les hacen retorcerse de risa, me río y me alegro pero a la vez me siento un poco triste porque ya no puedo compartirlo...
Lo que estás pasando ahora es un cambio muy gordo... incluso no te extrañe que te "afecte" una temporada a tu estado emocional (no te imaginas lo que yo he llorado, sobre todo si caes enfermita...), pero también, como tú dices, es genial dar el paso y más si lo compartes con la persona que quieres, y montas tu casa y tu familia, como hicieron tus padres...
Ah! y ánimo con las tareas del hogar!!!! eso sí que lo llevo mal!!! por qué siempre siempre siempre hay algo que hacer???!!!! :S
Besitos reina!!!!

almudena.. dijo...

Yo me independice con 25 añitos y no he tenido un solo dia en el que me arrepintiera de haberlo hecho o simplemente pensar que debía haber esperado.
Solo he hecho 3 cosas bien, realmente bien, en mi vida: la primera e imprescindible para las 2 siguientes ha sido irme a vivir con Clemente, la segunda ha sido Sofía y la tercera Irene.
No pienses en las cosas, son solo cosas, la mesa de Ikea es mucho más de lo que tienen otras parejas.
Si lo que quieres es una familia no tienes que buscar mucho porque ya la tienes. No necesitas muchas cosas.
Todo lo que tienes ya lo tienes a tu lado.
Es inevitable echar de menos a tus padres, a tu hermano... pero piensa donde vas cada día después de trabajar y a quién vas a encontrar allí. Eso debería ser suficiente.
En fin, que mañana es el día de los enamorados, pero ¿Porque tiene que ser solo un día al año?
Os deseo a los dos lo mejor en la vida.
Muchos besos.