lunes, 9 de febrero de 2009

Eluana

La historia de Eluana es la historia de un hombre, Beppino Englaro, un padre que lleva 17 años velando a su hija, 17 años de nula esperanza por recuperarla, de observar un cuerpo inerte, carente de vida, un recipiente vacío que le recuerda cada día que su niña ya no está y que no volverá.

¿Por qué no dejan que Eluana descanse en paz? Es más, ¿por qué no dejan que Beppino descanse en paz? No puedo creer que si ella pudiera elegir quisiera seguir viva, quisiera seguir torturando día tras día, mes tras mes, año tras año a su pobre padre. Si ella le quería como se quiere a un padre, no puedo imaginar ni por un segundo que quisiera verle sacrificarse durante tantísimo tiempo por ella, cuando es un hecho MÉDICO que no sirve para nada… Este hombre lleva en un velatorio 17 años, y eso no es justo. No es justo que no pueda enterrar a su hija y seguir adelante. Le han estado quitando el derecho a poder superar su pérdida, a acostumbrarse a hablar en pasado de su hija y a recordarla cuando estaba llena de vida, porque se me hace difícil creer que pueda tener otra imagen de ella que no sea la del hospital, la de la cama, la del coma…

La Iglesia, que predica la misericordia y la bondad, llama asesinato al hecho de dejar de alimentar a Eluana y permitir que se vaya en paz, y sin embargo, nada dice de la muerte en vida que sufre toda la gente que la quiere, ¡cuánta hipocresía!

A nadie le parece raro sacrificar a un animal, a un perro o un gato cuando sufren y no se puede hacer nada por ellos, eso es de sentido común, es lo más sensato. Y sin embargo librar a un ser humano y a la gente que le quiere de un sufrimiento sin sentido es un asesinato.

Supongo que con el tiempo evolucionaremos en esto como lo hemos hecho en otras muchas cosas, pero hasta entonces, ¿cuánta gente tendrá que sufrir?

1 comentario:

Ruth dijo...

Me acabo de enterar de que Eluana ha muerto. Me alegro por ella y por su familia. Se ha hecho justicia. Descanse en paz.