lunes, 19 de mayo de 2008

Despedida de Cristi (liso)

Estamos a lunes y estoy cansada, y ambas cosas son un hecho demostrable, sólo hay que mirar el calendario para lo primero y mi cara para lo segundo… No parece que en esto el día de hoy difiera mucho del resto de los Lunes de mi vida (excepto los festivos, Lengua fuera), pero la verdad es que hoy estoy mucho más cansada de lo habitual…

Como muchas de las lectoras habituales de mi blog sabréis, este fin de semana tuve una despedida de soltera, la de mi amiga Cristina, y ha sido intensa… Primero la preparación, que fue una tarea larga y costosa, y luego el desarrollo, que a pesar de algún contratiempo de última hora y de la lluvia, he de decir que fue todo un éxito.

Voy a resaltar la actitud de Cristina, que estaba absolutamente entregada a la causa y hizo todas y cada una de las cosas que la pedimos sin cortarse un cacho, eso sí, Cristi, amor, ni el alemán ni el análisis de fotos son tu fuerte, esperemos que no tengas que reconocer a ningún ladrón o asesino en una rueda de reconocimiento porque sale libre seguro seguro….

También hay que hacer una mención especial a Pili y su increíble llegada acompañada de una manifestación de unos 500 agricultores y ganaderos y un puñado de ovejas.... muy fuerte.

Pero lo mejor sin duda, el momento sobremesa… Os pongo en situación, imaginaros 13 mujeres hechas y derechas sentadas en una terraza, 12 con gorros de pirata y una con un sombrero de princesa. Después de comer deciden pedir un chupito de crema de orujo, para hacer la digestión y eso, y después del chupito el amable camarero deja allí una botella entera, para que nos tomemos otro por cuenta de la casa… como se nota que el camarero en cuestión no nos conocía de nada… Nos pimplamos la botella entera en unos 15 minutos!! Y servidora, que era la tesorera real, tuvo que hacer acopio de valor y entrar en el bar a comentarle al señor el pequeño detalle de que en vez de un chupito cada una nos habíamos tomado como 3… ó 4… Bueno, y encima todo esto ocurrió mientras llovía, sentadas en la terraza en grupitos de 2-3 personas tapadas con paraguas… un show, vamos.

Menos mal que nos dio por celebrar la despedida en Toledo, ciudad en la que no nos conocen y que vamos a tener que tardar un tiempo en volver a visitar, a pesar de que turismo, lo que es turismo hicimos poquito… bueno, más bien nada de nada.

Nos lo pasamos genial, por lo menos yo, y se da cuenta una en esos momentos de que tiene la suerte infinita de tener un montón de amigas estupenda, guapas y divertidas a más no poder, que cada vez que se juntan la montan, qué le vamos a hacer!! Como veis todavía no se me ha pasado la tontería y sigo en mi momento “exaltación de la amistad”…

No cambiéis nunca, chicas, y hasta la próxima!! Os quiero!!

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