miércoles, 19 de agosto de 2009

Vergüenza

A continuación os voy a transcribir una conversación que viví el otro día en una tienda de electrodomésticos de cuyo nombre no quiero acordarme. Obviamente no es literal porque ni tengo oído de perro ni memoria de elefante, pero creo que más o menos puedo hacer que comprendáis lo que pasó.

Una de las dependientas trae al mostrador, donde estábamos mi novio y yo recogiendo un pedido, a un chico sudaméricano (posiblemente ecuatoriano) que estaba con su mujer (creo...) y tenía una duda. En el mostrador había otra dependienta, que o bien era la encargada, o bien tenía más experiencia.

Chico sudamericano: Querría financiar la compra de una televisión.

Encargada: Uy no, eso no se puede, porque seguro que te falta la documentación que hay que traer, así que no te lo puedo hacer ahora.

Chico: ¿Qué necesito?

Encargada (con cara de "pírate y deja de molestarme"): Lo primero es que no te caduque el DNI en el tiempo en que pagues la tele, bueno, o la tarjeta de residencia. ¿Cuándo te caduca?

Chico: En Diciembre.

Encargada: ¿Ves? Ya no puedes financiar nada porque no te da tiempo.

Chico: ¿Pero qué más hay que traer?

Encargada (misma cara o peor): Es que tienes que traer la nómina de 6 meses y demostrar que tienes en la empresa como mínimo 3 años de antigüedad..

En ese momento el chico, obviamente, se va de la tienda. Y ahora viene lo mejor:

Encargada (a la otra dependienta): Te he dicho que a "estos" me los despaches rapidito.

En ese momento la señorita, por llamarla de alguna manera, se da cuenta de que estamos mi novio y yo allí, y empieza a justificarse con la otra chica: "Porque es imposible, claro, porque con la tarjeta de residencia que tienen que renovar muy a menudo, no le da tiempo a pagar todos los plazos, y ya para qué va a traer el resto de papeles...".Y bla, bla, bla...

Yo antes de escuchar la última y más indignante parte de la conversación, ya estaba comentándole a mi novio lo maleducada que estaba siendo la dependienta, cuando además 5 minutos antes con nosotros había sido encantadora. Sinceramente, si no llego a estar recogiendo un pedido del que ya había pagado parte, en ese momento le doy con el paquete en las narices y me voy. En el momento no reaccioné, pero según pasaba la tade me iba acordando y cada vez me sentía más indignada, indignada y avergonzada de que ese chico pudiera contarle a otros inmigrantes como él cómo le habían tratado en una tienda española.

Yo no sé si la mujer actuó de motu propio o son instrucciones que les dan desde arriba. Por si acaso no pienso volver a ir a esta tienda nunca jamás, y a todo el que me pregute le diré que tienda es, por supuesto, no la nombro en esta entrada porque nunca se sabe en qué lío te puedes llegar a meter...

Bueno, yo no soy así, casi toda la gente que conozco no es así, y quiero pensar que en general los madrileños no somos así, no tiene sentido tener tantos prejuicios contra los inmigrantes en una ciudad como ésta, donde viven tantos cientos de miles de personas de todas razass y nacionalidades. Si eres racista y vives aquí, o eres masoca o gilipollas.

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